Harry Potter y brownies

Por si alguien aún no lo sabe, el pasado viernes se estrenó la última de Harry Potter. Como no nos gustan mucho las aglomeraciones ni teníamos prisa hemos decidido verla más adelante y, mientras tanto, aprovechar para hacer un repaso de todas las pelis, que algunas estaban bastante olvidadas. Así que este fin de semana lo hemos dedicado a hacer una maratón harrypotteriana. Y como todo evento "friki", tiene que ir acompañado de las debidas provisiones:

Esto era la sección chuches y guarradas (la existencia de las patatas con sabor a pizza me parecen un gran error, que quede claro). Aparte teníamos un par de botellas de Coca-Cola, más helado del que podremos comer en toda nuestra vida y, para colmo, D. se presentó con una bandeja de brownie casero hecho por su madre.

Respecto a Harry Potter, debo admitir que soy fan y no lo soy a la vez. No sé muy bien cómo llegué al primer capítulo de "Harry Potter y la piedra filosofal" que estaba colgado de muestra en la web de la editorial, pero me gustó mucho y decidí hacerme con el libro. ¡No lo encontré por ningún sitio! Lo tuve que pedir a una librería especializada de Granada. Al poco, ocurrió el boom y había ejemplares por todos sitios ¬¬ No comento esto para hacerme la "guay-yodescubríHPantes" sino porque realmente me traumatizó estar buscando el libro, preguntar por él y que en las tiendas me miraran con estupefacción, tener que pedirlo y ver después los interminables montones a la venta en cualquer sitio. Típico en mi vida. En fin, que los tres primeros me los leí alegremente y luego todo fue como leer fanfiction.net pero en mal o peor. Pero para entonces ya estaba enganchada a algunos personajes (Snape, Luna) y no tenía arreglo. Mi hermana tampoco (hola, Cristi!).

En fin, que la maratón fue muy cansada para mi pobre vista pero divertida. No nos empachamos demasiado, sobraron las chuches justas y no tocamos el brownie. No tocamos el brownie el finde. Hoy lo hemos tomado de postre con su correspondiente bola de helado encima (de vainilla y nueces de Macadamia, no tenía otro a mano) y madre mía, ¡qué buenísimo estaba!